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Recuperan rostro gracias a las células madre

Recuperan rostro gracias a las células madreLas deformaciones faciales que causa una enfermedad rara como el síndrome de Parry-Romberg podrían tener remedio gracias a una inyección de células madre adultas extraídas de la grasa abdominal del propio paciente. Un equipo de cirujanos del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona lo ha logrado con éxito por primera vez en Europa.

Los dos primeros pacientes son un chico y una chica, de 13 y 14 años, que fueron operados en la Ciudad Condal el pasado mes de febrero. De momento, como explica a elmundo.es el doctor Joan Pere, jefe del servicio de Cirugía Plástica y Quemados de este centro, su evolución es excelente aunque habrá que esperar al menos un año para conocer el resultado definitivo de esta intervención.

En el quirófano, los dos adolescentes fueron sometidos a una especie de liposucción dirigida a extraerles células madre de la grasa abdominal. Como explica Pere Barret, en el mismo quirófano, las células madre fueron separadas del resto del material en un pequeño laboratorio portátil dentro de la propia sala e inyectadas casi inmediatamente en el rostro.

“Estas células madre adultas de la grasa ya se han empleado con éxito en otras intervenciones reparadoras, como la reconstrucción de la mama después de una mastectomía”, explica el cirujano plástico al hablar de la seguridad de este material.

De hecho, las células no fueron cultivadas para ‘dirigirlas’ hacia un tipo de tejido u otro; simplemente, una vez aisladas y separadas del resto de tejido extraídos en la liposucción se inyectaron en las zonas del rostro deformadas por la enfermedad, junto con una pequeña cantidad de células de la grasa.

Células madre y grasa


Esto permitió que la corrección de la deformidad fuese visible prácticamente de manera inmediata, ya que la grasa del abdomen hizo el papel de soporte, de relleno sobre el que después han ido creciendo las células madre adultas.

El síndrome de Parry-Romberg se caracteriza por un deterioro progresivo de la piel y los tejidos blandos del rostro, generalmente de la mitad izquierda de la cara. Se trata de una enfermedad poco frecuente que afecta a entre tres y cinco niños de cada 100.000 nacidos; más frecuentemente a las niñas. Entre los síntomas de esta patología degenerativa también suelen darse casos de alopecia (caída del cabello) y aparición de manchas en algunas zonas del rostro (bien por un exceso de coloración o por despigmentación).

Los síntomas de esta enfermedad rara, que da la cara por primera vez cuando el niño tiene entre cinco y 15 años, incluyen también episodios de fuertes dolores faciales (lo que se conoce como neuralgia del trigémino), convulsiones y atrofia en la piel, cartílago y músculos.

Así, no es extraño que uno de los jóvenes intervenidos, Jaume, haya señalado en rueda de prensa que el tratamiento con sus propias células madres ha supuesto para él “un gran cambio”. Jaume, que ha estado acompañado por sus padres, empezó a experimentar los síntomas del Parry-Romberg cuando tenía cinco años. Con la nueva terapia, ha añadido, “he empezado a recuperar la sensibilidad” en la zona de la cara que tenía afectada.

Como explica su cirujano, en estos tres meses las células madre adultas han permitido una recolocación de los tejidos en su lugar, dando a la cara sus volúmenes normales y haciendo que la musculatura mejore la movilidad. “En los pacientes con este síndrome, los músculos de la cara están como fibrosados, pegados a los huesos del cráneo, lo que dificulta que se muevan normalmente”, señala el doctor.

Fuente: elmundo.es

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