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Supera la edad sin traumas

Supera la edad sin traumasTodo intento de comprender y prevenir el envejecimiento al atender solamente las circunstancias externas, como las físicas o económicas, resulta parcial; es más, muchas personas piensan que todo lo que hace falta es proveer las necesidades materiales de la existencia, para que no haya anciano que, como por arte de magia, no se sienta bien.

Desde luego que eso es importante, sin embargo, en la medida en que uno se aproxima a la vejez es necesario activar la capacidad de asimilarla, es decir, de comprensión y aceptación del momento vital en el que estamos y lo que está por venir.

Desde una perspectiva psicosocial, se utiliza el término integridad del Yo, para referirse al proceso que hace una persona mayor respecto a sí mismo y a los demás.

Esto puede tener varias acepciones; aquí me refiero a lo que puede contribuir a una vivencia mas positiva de la vejez.

Pero, para ello, es fundamental considerar a la vejez como una etapa más de crecimiento personal, en la que las actividades, ilusiones y relaciones con los demás puedan colocarse en un primer plano, aunque con un contenido, ritmo y perspectiva social distinta a otras etapas de la vida.

Por lo anterior intentaré caracterizar este momento de la vida como:

– Un crecimiento personal en la vejez que puede ir acompañado de una visión mas serena, benevolente en función de una mayor experiencia sobre sí mismo y sobre los demás.

– Alguien diría: el diablo sabe más por viejo que por diablo.

– Un aspecto más, en el que esta integridad del Yo tiene el sentido de ser capaz de hacer lo posible para conservar las capacidades físicas, de decisión, de relación, dignidad y respeto en el marco familiar y social. Un recargarse demasiado en otro puede limitar nuestras propias capacidades.

– Un aspecto en el que la aceptación de las limitaciones en el plano físico de la salud y en el de la pérdida de personas. En la vejez cada vez que fallece un familiar, amigo o conocido se dice que es como sentir pasos en la azotea. La amplitud de las redes de apoyo puede amortiguar los efectos de estas pérdidas.

– Un proceso en el que el tema de la asimilación de la muerte, suele ir paralelamente a la inevitable recapitulación y balance del ciclo vital, que podría tomar el camino de una visión trágica o como algo natural de la misma existencia humana, de la sucesión generacional. Lo único seguro en la vida es que vamos a morir.

La no consideración de los puntos de vista anteriores, facilitará en algún grado la aparición de frecuentes dificultades como la depresión e intensos sentimientos de confusión. La aceptación de la posición propia como persona mayor sería el término que resumiría los puntos anteriores.

Hasta aquí he mencionado conflictos que tienen en cada adulto mayor una gran complejidad, pero que hacen referencia al punto de vista del equilibrio psicológico, a los intensos movimientos afectivos necesarios para mantener la solidez de la estructura psíquica, a lo cual podemos agregar algunos factores que pueden facilitar la asimilación de la reorganización emocional que conlleva este proceso.

La recuperación de los recuerdos, aunque algunos sólo atribuyen problemas de la memoria reciente, cumplen la función de dar valor a la existencia, al recuperar aquello que uno ha sido a lo largo de la vida.

Aunque hay algunos intentos de aprovechar los conocimientos y experiencia de las personas mayores, para la sociedad es algo muy poco desarrollado e incluso menospreciado.

El crear nuevos vínculos afectivos es una de las claves para evitar una excesiva concentración en uno mismo. En esto, la familia y las instituciones juegan un papel crucial en la creación de redes de apoyo social amplias.

Así, si reflexionamos y avanzamos en el tomar medidas oportunas, sería posible ver que la vejez es una etapa de la vida que como otras del ciclo vital implica una necesaria reorganización de la identidad.

Por último no quiero dejar de mencionar que la identidad social -por el aumento de años que el ser humano vive- cambia día con día e invierte la pirámide poblacional y la problemática que origina no concierne solamente a las pensiones, ¿y usted que edad tiene?

Fuente: Ramón Clériga

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