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Toma en serio esos dolores

“Va a llover…”, “¿Cómo sabes?”, “Es que ya me está dando la reuma”. Esto no es superstición antigua y pueblerina, pero tampoco se trata de una facultad paranormal o ambiental de las personas que padecen las comúnmente llamadas reumas.

El reumatismo es una enfermedad muy molesta y que en determinado aspecto sí tiene relación con la temperatura y la humedad. Sin embargo, esto es secundario.

El problema más grave con las enfermedades articulares, musculares y tendinosas, es que se manifiestan con dolores y muchas veces no se les presta atención. La mujer puede atribuir su dolor y su malestar a los trastornos menstruales y el hombre al deporte, por ejemplo.

Inicialmente, en el reumatismo se catalogaban todos los dolores articulares y musculares.

Primero hay que saber que los padecimientos reumáticos son muchos y son todos aquellos que afecten al sistema músculoesquelético causándole dolor, rigidez o ambos.

Algunos de estos problemas articulares, musculares y tendinosos son aislados, y en ocasiones no pasan a mayores, pero hay ciertos padecimientos sistémicos que comprometen más al organismo, trayendo otros problemas. Sin embargo, aún los padecimientos que son aislados, pueden tener consecuencias si no son identificados y atendidos.

Llueve sobre mojado Hay quienes dicen que los hombres son más fuertes, pero que las mujeres tienen más fortaleza: en cuestiones reumáticas es cierto. Hay tres de las enfermedades crónicas más comunes que quizá por cuestión hormonal, como se ha pensado, atacan más al sexo femenino.

Por ejemplo, la artritis reumatoide es un problema inflamatorio progresivo que causa deformidad. Por las mañanas, quienes la padecen, empiezan a sentir entumecimiento, dolores en las articulaciones de las manos, generalmente simétricos, las dos rodillas o los dos pies.

Entonces la persona siente dificultad para levantarse. Esta enfermedad puede acompañarse de otros problemas como conjuntivitis o pericarditis.

La artritis reumatoide tiene una caprichosa proporción: de cuatro enfermos, tres son mujeres. Se pensó en un tiempo que se trataba de un trastorno hormonal, pero se ha descartado, aunque se presume que hay un factor de predisposición genética.

El medio ambiente tampoco ayuda, el trabajo, las tensiones, los agentes virales y las infecciones. Este dolor viene por un problema del sistema inmunológico en donde se crea una reacción llamada complejos inmunes los que van a las articulaciones y se depositan en una membrana que produce el líquido sinovial, ahí se inflaman.

Es la inflamación la que causa el dolor o el entumecimiento. El origen de esto es desconocido, el problema es grave, porque ataca a gente joven, entre la segunda y quinta década de vida.

El tratamiento es de control, pero una vez que ya aparece; antes, no puede prevenirse. Incluso el diagnóstico es muy tardado, desde que la persona va al médico hasta que se sabe con certeza lo que tiene, pueden pasar seis meses de estudios.

Muchas veces sucede que el padecimiento aparece de forma irregular y en ocasiones hay dificultad en el diagnóstico. También ocurre con frecuencia que el médico diagnostica que es reuma y prescribe aspirinas y hasta cortisona, en ocasiones. El problema con la cortisona es que el dolor desaparece, pero la enfermedad sigue progresando.

Otro padecimiento muy común en las mujeres, sobre todo después de los 20 años, es el síndrome de fibromialgia; también quienes lo padecen tienen problemas matutinos, inflamaciones, dolores musculares y tendinosos, sobre todo debajo de la nuca, cuello y espalda.

Estos dolores muchas veces se complican con trastornos como el insomnio, la ansiedad y la depresión. Entonces, mezclados los componentes de dolor más el de tensión, desencadenan una fatiga crónica.

La fibromialgia o reumatismo muscular no es una afección inflamatoria de músculos o ligamentos, sino que es un espasmo muscular muy intenso.

Muchas veces es causada por una exposición súbita al frío, por malas posturas o ejercicios violentos.

La colagenopatía o el lupus es una de las enfermedades más molestas y penosas de esta rama, no sólo existe, sino que empeora cuando más se necesita el cuerpo sano. Ya verá por qué.

En primer lugar, los sujetos más propensos a ella son las mujeres jóvenes, de los 18 ó 20 años a los 45.

La enfermedad empieza con una artritis muy parecida a la reumatoide, es simétrica; pero además se manifiesta con manchas en la piel de la cara y con úlceras mucosas en la boca (fuegos).

También puede dar fiebre y afectar al pulmón, al corazón o al riñón; así como a la caída del pelo y por si fuera poco, el cuadro empeora con el embarazo, ya que éste activa al lupus.

No sólo hace más pesado y penoso el embarazo, sino que pone en riesgo al producto y a la mujer.

Si todo sale bien, durante y después del embarazo -quien lo padece- va a sufrir dolores artríticos. Y por si fuera poco, el Sol puede reactivar las manchas, es por eso que esta enfermedad se dramatiza en el teatro, el cine o la literatura con una mujer tapada desde las manos hasta la cabeza

Fuente: Marcela García

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