Dieta & Nutrición

Las dietas más absurdas e ineficaces

La tendencia de muchas personas afectadas de sobrepeso a evitar la consulta del médico para tratar de resolver el problema y fiarse exclusivamente de las dietas más absurdas publicadas en revistas o libros poco fiables, o bien aconsejadas por algún famoso de la televisión, está demostrado que solo conducen al fracaso.

No es tarea fácil educar a la población para que acuda a la consulta del médico especialista para tratar de resolver el problema de sobrepeso en lugar de fiarse de las dietas más absurdas e ineficaces que ofrecen revistas, libros y medios de comunicación.

No debe olvidarse que, antes de iniciar cualquier tipo de dieta, hay que indagar sobre los hábitos de vida del paciente: alimentos que consume habitualmente, estado de salud, tratamientos médicos que sigue en ese momento, antecedentes obesígenos familiares, etc.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) de España, tras visitar 38 establecimientos en seis ciudades, determinó recientemente que muchos centros de adelgazamiento que se anuncian en los medios de comunicación utilizan sus dietas como un “simple gancho” para vender sus productos -algunos innecesarios- e incluso ofrecen consejos erróneos.

La OCU remitió las conclusiones de su estudio a las autoridades sanitarias para que vigilen estos procedimientos de comercio de productos supuestamente adelgazantes.

Examen de conciencia

Los departamentos de Salud no cesan de recomendar como lo más adecuado que un especialista, después de realizar un historial lo más concienzudo posible y someter a las pruebas reglamentarias de orina y sangre al paciente, prescriba una dieta personalizada.

En las dietas absurdas que aparecen a diario en los distintos medios de comunicación se ofrecen en ocasiones consejos erróneos, como facilitar listas de alimentos prohibidos o de no consumir a la vez comidas ricas en proteínas y en hidratos de carbono.

A la par se recomienda al incauto el consumo de productos maravilla, que se venden en las tiendas del ramo o a través de la Internet (lo cual resulta más peligroso). Suelen ser suplementos alimentarios, fórmulas magistrales y preparados de plantas.

Frente a la fórmula efectiva para adelgazar que propugnan los endocrinólogos basada en cuatro puntos (tesón, alimentación adecuada, modificación de los hábitos de vida y seguimiento por un especialista), las personas influenciables se dejan llevar por los consejos del actor, presentador o cantante de turno, que les recomienda desde la pequeña pantalla o desde las páginas de una publicación seguir “su” dieta con la que asegura haber perdido peso, o al menos no haberlo ganado.

Está demostrado que el tesón es el punto más débil de los telepacientes y lectores compulsivos de revistas y adictos a las dietas propugnadas por famosos. A las pocas semanas de iniciado el plan lo suelen abandonar, por supuesto sin los objetivos propuestos logrados, y lo retoman un tiempo después en cuanto descubren otra dieta nueva en los tentadores medios de comunicación diversos.

Algunas dietas absurdas

Entre las dietas absurdas que la literatura pseudocientífica ha ofrecido en los últimos años nos encontramos con las siguientes:

Comer antes de las ocho de la mañana adelgaza ya que, supuestamente, las calorías ingeridas antes de esa hora no cuentan, mientras que las ingeridas a partir de se momento sí importan. Los expertos invalidan completamente esta suposición aunque no consideran el tipo de dieta excesivamente peligrosa.

Hacer una sola comida al día ayuda a perder peso. Si esta comida es hipocalórica se conseguirá una reducción de peso comparable al de este tipo de dietas pero lo habitual es que una persona que limite la ingesta a una sola vez cada 24 horas esté dispuesta a “comerse las piedras” y, en consecuencia, el efecto no será en absoluto adelgazante sino todo lo contrario.

Los alimentos crudos evitan el aumento de kilos. Este tipo de dietas son consideradas peligrosas por los nutricionistas porque no se aprovechan plenamente las proteínas ni los microcomponentes de los alimentos, lo cual origina déficits nutricionales. Por otro lado, las carnes crudas son poco o nada recomendables desde el punto de vista sanitario por la posible presencia en ellas de parásitos o de contaminantes bacterianos.

La dieta del jugo limón o del pomelo, tomado en abundancia en ayunas y a lo largo del día, es muy saludable según sus defensores porque argumentan que los ácidos de estos cítricos disuelven las grasas. En realidad, el exceso de ácidos puede resultar perjudicial para el organismo, especialmente para la dentadura y el supuesto de que esos jugos disuelven la grasa no tiene ninguna base científica.

La dieta del ajo se popularizó hace unos años entre algunos colectivos de trabajadores de cocinas de restaurantes y hoteles, según revela el catedrático de Biología M. Alemany en su “Enciclopedia de las Dietas y la Nutrición” (Barcelona 1995). Más que un plan de adelgazamiento en el sentido estricto de la palabra, la dieta del ajo es una actitud psicológica.

El procedimiento es el siguiente: se pela un diente de ajo y se inserta cuidadosamente en el ombligo de la persona “que va a seguir la dieta”. Cada vez que el “paciente” siente que el vacío en el estómago se le agranda, se acuerda del ajo que lleva inserto y renuncia a picar entre horas.

Alemany indica en su libro que este sistema ayudó a los cocineros a no caer en la tentación de tomar una porción de comida cada vez que hacían la prueba del guiso que estaban cocinando.

El experto asegura que el sistema funcionó en algunos casos pero se pregunta si no hubiera sido igual colocar una avellana en el ombligo en lugar del diente de ajo. Al menos se evitaría el olor penetrante de la hortaliza…

Fuente: MSN

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1 Comment

  • patricia
    patricia
    21/01/2009 at 16:09

    muy interesante artículo!, es importante que se despeje la ignorancia que hay al respecto, sugiero un foro de dietas donde compartimos experiencias y errores, y donde este tipo de aportes sería muy interesante, gracias

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